La Carmenère: La curiosa historia de la cepa desaparecida en Francia y renacida en Chile.
carmenère en curicó
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3 Mar, 2023

Algunos llaman a la Carmenère la “jurassic park de las cepas”, otros la “cepa milagro”, “cepa nómada” o incluso la «cepa de la resistànce”. ¿Por qué? Hoy hablamos de la historia de la cepa más emblemática de Chile.

La cepa que los franceses desahuciaron (para luego arrepentirse).

La cepa carmenère tiene un estilo caracterizado por frutos rojos oscuros maduros y especiados, con una textura suave aterciopelada en el paladar, taninos suaves y toques de pimienta negra acompañados de notas de cacao, o hierbas y pimiento verde. Hasta aquí lo que nos contaría un enólogo.* (hogardevinos.com)

Pero la cepa carmenère, ahí donde la vemos tan tinta y carnosa, tiene una historia ejemplo de lo que ahora se llama resiliencia.

Los romanos,  diseminadores de la viticultura en toda Europa, llevaron esta cepa desde la Toscana (según otros estudiosos, desde Hispania) hasta el sur de  la entonces Galia.

En la margen izquierda de Burdeos se cultivó de forma irregular esta uva considerada por los viticultores franceses temperamental y difícil de doblegar. Ya se le veía el carácter chileno.

Como es bien sabido, en 1867 una doble plaga del hongo oidio y el insecto de la filoxera destruyeron casi por completo los viñedos en Europa.

Tras la epidemia, los productores tuvieron que esforzarse para replantar lo más rápido posible, y para ello eligieron las uvas favoritas según el gusto de la época y aquellas que por su fortaleza podrían sobrevivir a una nueva epidemia, mediante portainjertos llegados desde Estados Unidos: la  Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Merlot, Petit Verdot y Malbec.

Pero la Carmenère no se injertaba fácilmente, y además es una cepa más sensible que otras a la calidad del suelo. Y así, la dejaron de lado.

Durante casi 130 años se consideró extinta.   Pero la historia de esta cepa indómita, lejos de haber concluido, llevaba años desarrollándose sigilosamente muy muy lejos de Europa.

Carmenere en Concha y Toro

La carmenère allende los mares.

Mientras tanto, al otro lado del océano, en Chile se estaba produciendo una intensa transformación vitivinícola: las parras españolas se estaban remplazando por vides francesas. Dentro de los ejemplares introducidos había algunos oriundos de Burdeos. Y así fue como, sin siquiera ser percibido, alrededor de 1850 la Carmenère fue adoptada en Chile bajo la falsa apariencia de un Merlot “chileno o tardío” – dado que los racimos recién podían ser cosechados en otoño.

En Chile esta cepa encontró su hogar ideal: las condiciones del terruño chileno, y la protección por los cuatro puntos cardinales mediante barreras naturales hizo que esta cepa prosperara en nuestro país, siempre discreta, ya que, al considerarla Merlot, en muchos casos se cosechaba antes de su momento óptimo, y por eso no desplegaba su máximo potencial.

El redescubrimiento.

Este redescubrimiento llegó en 1994, cuando el ampelógrafo francés, Jean Michel Boursiquot, visitó Chile y reconoció los brotes con la característica pigmentación rojo- naranja que le da su nombre, ya que carmenère viene de carmín.

En 1998, tras diversos análisis de ADN, el gobierno de Chile hizo público el descubrimiento que ya todos sabían: La Carmenere estaba viva, y ahora era chilena.

La cepa Carmenère en el Valle del Maule y Curicó.

Tras este anuncio, rápidamente se puso en valor aquellas cepas que los vititcultores tenían, y se comenzaron a potenciar sus cualidades en vinos únicos para todos los gustos, desde vinos fáciles de beber ideales para compartir, hasta los más complejos que acompañan asados.

Desde su redescubrimiento hace 21 años, la producción de Carménère ha pasado de ocupar  unas 10.000 hectáreas.

Hoy, Chile acoge la práctica totalidad de las plantaciones de Carménère en el mundo.

El valle del Maule y en especial Curicó, siendo una de las regiones con tradición vitivinícola más antigua de Chile, destaca por sus cuidados vinos carmenère.

Y qué mejor que probarla.

En Curicó encontramos multitud de panoramas, de la mano de la ruta del vino Curicó que ayudan a conocer esta variedad. Además, desde el día 23 al 26 de Marzo tendremos la Fiesta de la Vendimia de Curicó 2023 , donde podrás degustar los mejores carmenère de la zona junto con las demás variedades, música en directo y un sinfín de panoramas. ¡Sigue nuestras redes para saber más de esta fiesta que se viene con todo @descubrecurico !

Desde Descubre Curicó te recomendamos nuestras tres viñas favoritas ubicadas en Rauco y Sagrada Familia

Viña Las Pitras

En esta tradicional bodega que además pertenece al impresionante Hotel Boutique Raíces, puedes visitar no solo las bodegas sino también su casa patrimonial totalmente conservada. Las catas se convierten así en una experiencia única llena de matices con sabor a carmenère.

Viña Pons Rainieri

Esta viña remonta su origen hasta finales del s.XIX cuando Don Giovanni Bazzolo,  procedente de Italia, llegó para afincarse en el valle de Sagrada familia. Hoy en día sus tataranietos llevan las riendas de esta bodega de calidad internacional. Además, los hermanos Pons están apostando por desarrollar el enoturismo, partiendo por la gran casa patronal de estilo europeo del 1900, que habiendo resistido terremotos ha sido restaurada y convertida en tienda de vinos, donde no sólo se pueden comprar las marcas propias sino también otras marcas premium de la zona. En su web se puede agendar visitas guiadas que recorren la viña, la bodega, los jardines y sus añosos árboles que rodean la casa, terminando con una degustación del Triada y el Cocoliche, especialidad carmenère de la bodega. Lugar recomendado con aires italianos en tierras maulinas.

Carmenere Rainieri

Viña Korta.

Ubicada en el antiguo fundo Santa Ana de Peteroa en la comuna de Sagrada Familia, Curicó, esta viña, además de la cuna de los vinos que producen desde hace 20 años viñedos Korta, guarda en sus paisajes parte memorable de la historia de Chile. Sus imponentes cerros son el telón de fondo de lo que fueron gestas históricas como la batalla de Peteroa, lugar donde el toqui Lautaro fue abatido por la espalda en manos de conquistadores españoles.

En la visita guiada se aprende sobre historia, viñedos, procesos de vinificación, todo finalizando con una degustación de selectos vinos maridados con productos locales.

Viña Echevarría

Las raíces de las viñas Echevarría están bien afianzadas, ya que la familia llegó desde el País Vasco en 1750. Desde entonces, las generaciones de esta familia han mantenido el cultivo de sus preciadas y únicas vides. Hoy Viña Echeverría sigue siendo una bodega de propiedad y gestión familiar, que cuida las 65 hectáreas de viñedos cultivados de forma sostenible. Roberto Echeverria junto con sus cuatro hijos, Paulina, Viviana, Roberto y Diego, forman un equipo imbatible unido por fuertes raíces familiares, pasión compartida por la elaboración del vino, búsqueda intransigente de la excelencia y dedicación a sus clientes. Recomendamos la visita de esta bodega de carácter familiar, como el carmenère.

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